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Monday, June 30, 2008

Olvidar

Hay amores que
no se olvidan.

Tú y yo lo sabemos
muy bien.

Recorrimos los viaductos
del destino
acompañados por el sol
y las tormentas de verano.

Muchas lágrimas
bañaron los contornos
de esa vida,
transitada con
intensidad de hoguera,
acorazados contra
los frios ribetes
de la angustia.

Cuántos años pasaron
y, todavía hoy,
te recuerdo con la plenitud
del pensamiento,
sin poder apartar
de mis manos
el calor de tu vientre.

Sunday, June 29, 2008

Abrazo

Abrazado al árbol del dolor
encontré las raíces de mis penas,
pero, también, pude entender
que, a pesar de todo,
las ramas nuevas
seguían creciendo.

PD Pido disculpas porque lo reedité por error.

Sunday, June 22, 2008

Retrato

La pulcritud de su estilo
no tenía la más absoluta
de las competencias.

La corbata con el
nudo perfecto,
camisa de seda,
traje de alpaca
y zapatos al tono
con hebillas al costado.

Nació con la estirpe
de los que se saben
ganadores en cualquier
momento y lugar.

Cuando lo conocí
noviaba con una de
mis tías,
muy al límite
de la soltería
y con muchas ganas
de vestir el blanco,
antes que los años
engrosaran su figura
de guitarra.

Traía golosinas
para los menores
y unos exquisitos
cigarrillos rubios
de tabaco macedónico,
para los que estaban
en edad de pitar.

Pasó de la ventana
con postigos,
al zaguán y, cuando
quisimos darnos cuenta,
ya calentaba los sillones
de la sala.

No se casaron
y, nunca, la tía explicó
el por qué de las cosas.
Una tarde, con la desilución
ya pintada
en sus primeras canas,
vació la cómoda
y regaló las sábanas
de hilo con los monogramas
bordados a mano.

Sunday, June 15, 2008

Estoy triste, señor.

El llanto de mi niña
brota de los cristales
del alma.

No hay silencio
más doloroso
que el clamor
de esos ojos
mojados por la lluvia.

Estoy triste, señor.

El llanto de mi niña
va caminando entre
las fibras de mis penas.

Sunday, June 08, 2008

Amor perdido

El punto y coma
de tu amor perdido
fue un acento
que nunca pude
colocarlo entre paréntesis.

Sunday, June 01, 2008

Dolor

Conoció amores
embarrados con el fango
más repelente;

bebió la pasión
en noches cargadas
de hogueras vacilantes;

las brasas del desprecio
quemaron, sin piedad,
su atajo en la vida;

el delirio inyectado
alucinó sueños cargados
de negras pesadillas;

cuando no pudo más
se cortó las venas
una día de otoño,
muy parecido a éste,
con el viento taladrando
la piel y el alma.